miércoles, agosto 16, 2006
Símbolos y golpismo
No me cabe duda alguna que hay quien me va a tachar de alarmista, yo mismo lo haría si las circunstancias fueran otras y espero que en esta ocasión tengan razón.
La celebración del día de la independencia, léase el grito el 15 de septiembre y el desfile de las fuerzas armadas el 16 por la mañana, representa un conjunto de símbolos, símbolos de orden y del poder y estabilidad del Estado. Los mexicanos salimos a proclamar nuestro nacionalismo con la sangre caliente de tequila y de comida el 15 por la noche, mientras los niños observan con el pecho henchido el desfile metódico y ordenado, de lo que a mi me parecía de pequeño, las imponentísimas fuerzas armadas. Sobrevuelan los pocos aviones caza con motores de reacción que tiene el Estado, así como los helicópteros Mi-24 de fabricación rusa que tanto coraje le dio a los gringos que compráramos. Desfilan las fuerzas especiales del ejercito y la marina, aquellas que combaten al narco, desfilan las tanquetas y sus cañones de 60mm, desfilan los soldados rasos, los médicos y las enfermeras, el cuerpo de ingenieros, el batallón de transmisiones; en fin, todo el aparato de la Secretaría de la Defensa Nacional alza la voz y se presenta ante el pueblo mexicano.
Todo esto, reitero, es un gran símbolo. Además, desfilan por las calles de la capital de los Estados Unidos Mexicanos, por la avenida más importante de la misma, la avenida donde se libraron sangrientas batallas durante la revolución y la decena, desfilan sobre la plancha del zócalo, de la plaza de la constitución. Misma plaza que otrora fuera el centro de poder del imperio más grande que conoció meso-américa, el imperio Azteca, es decir, en todo sentido el desfile del 16 de septiembre es una sucesión de símbolos que pretende exaltar el espíritu nacionalista y enardecer al corazón con el amor por la patria.
Entonces se debe de entender sin dudas lo que puede suceder. Yo no soy belicoso y solo leí el Sun-Tzu por cultura general. Esta claro que el que Andrés Manuel López Obrador y sus simpatizantes impidan i) Al presidente dar el tradicional grito de independencia desde el balcón del Palacio Nacional y ii) Que se impida el desfile de las fuerzas armadas desde el campo Marte y hasta la plancha del zócalo la mañana del 16 constituye nada mas y nada menos que un golpe de Estado. No porque impida que se lleve a cabo una fiesta y porque irrumpa la verbena popular y la quiera sustituir con la propia. Dígase simplemente. Impide, por la fuerza de números, que el presidente ejerza su función de líder supremo del Estado frente a la gente y que las fuerzas armadas, el músculo federal, entren al centro neurálgico del país, la plaza esta tomada, seria el mensaje. Sí, yo lo sé, suena a libro de texto de historia de la SEP, “La toma del Distrito Federal por el caudillo López” y no doy crédito de lo que tecleo.
Sin embargo ante la constante crispación de la situación en la ciudad de la esperanza es importante que no ignoremos los hechos, que leamos con todas sus letras lo que esta pasando. AMLO quiere empujarnos al borde del abismo, su estrategia se basa en la confrontación, y el gobierno federal en un gambito que hiede a pragmatismo espera que cuando caiga por el borde, lo haga solo y no nos arrastre a todos al vacío.
La celebración del día de la independencia, léase el grito el 15 de septiembre y el desfile de las fuerzas armadas el 16 por la mañana, representa un conjunto de símbolos, símbolos de orden y del poder y estabilidad del Estado. Los mexicanos salimos a proclamar nuestro nacionalismo con la sangre caliente de tequila y de comida el 15 por la noche, mientras los niños observan con el pecho henchido el desfile metódico y ordenado, de lo que a mi me parecía de pequeño, las imponentísimas fuerzas armadas. Sobrevuelan los pocos aviones caza con motores de reacción que tiene el Estado, así como los helicópteros Mi-24 de fabricación rusa que tanto coraje le dio a los gringos que compráramos. Desfilan las fuerzas especiales del ejercito y la marina, aquellas que combaten al narco, desfilan las tanquetas y sus cañones de 60mm, desfilan los soldados rasos, los médicos y las enfermeras, el cuerpo de ingenieros, el batallón de transmisiones; en fin, todo el aparato de la Secretaría de la Defensa Nacional alza la voz y se presenta ante el pueblo mexicano.
Todo esto, reitero, es un gran símbolo. Además, desfilan por las calles de la capital de los Estados Unidos Mexicanos, por la avenida más importante de la misma, la avenida donde se libraron sangrientas batallas durante la revolución y la decena, desfilan sobre la plancha del zócalo, de la plaza de la constitución. Misma plaza que otrora fuera el centro de poder del imperio más grande que conoció meso-américa, el imperio Azteca, es decir, en todo sentido el desfile del 16 de septiembre es una sucesión de símbolos que pretende exaltar el espíritu nacionalista y enardecer al corazón con el amor por la patria.
Entonces se debe de entender sin dudas lo que puede suceder. Yo no soy belicoso y solo leí el Sun-Tzu por cultura general. Esta claro que el que Andrés Manuel López Obrador y sus simpatizantes impidan i) Al presidente dar el tradicional grito de independencia desde el balcón del Palacio Nacional y ii) Que se impida el desfile de las fuerzas armadas desde el campo Marte y hasta la plancha del zócalo la mañana del 16 constituye nada mas y nada menos que un golpe de Estado. No porque impida que se lleve a cabo una fiesta y porque irrumpa la verbena popular y la quiera sustituir con la propia. Dígase simplemente. Impide, por la fuerza de números, que el presidente ejerza su función de líder supremo del Estado frente a la gente y que las fuerzas armadas, el músculo federal, entren al centro neurálgico del país, la plaza esta tomada, seria el mensaje. Sí, yo lo sé, suena a libro de texto de historia de la SEP, “La toma del Distrito Federal por el caudillo López” y no doy crédito de lo que tecleo.
Sin embargo ante la constante crispación de la situación en la ciudad de la esperanza es importante que no ignoremos los hechos, que leamos con todas sus letras lo que esta pasando. AMLO quiere empujarnos al borde del abismo, su estrategia se basa en la confrontación, y el gobierno federal en un gambito que hiede a pragmatismo espera que cuando caiga por el borde, lo haga solo y no nos arrastre a todos al vacío.
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Te juro q si quiero seguir leyendo las noticas y seguir todo lo q esta sucediendo en Mexico... pero por otro lado ya me trae hasta la madre AMLO y no aguanto seguir leyendo sus estupideses... jeje. Side note: Me gustan tus comentarios, solo q lo he leido todo medio rapido y no he tenido tiempo d hacer mi critica constructiva.